Mi terruño playero!

Hablar de Veracruz es hablar de música, alegría, baile, chelas, malecón , magia y brujería, pero mi ciudad está encantada, tiene magia de la buena.

Cobijada con un clima tropical que se mantiene durante todo el año, hace que los árboles frutales crezcan sin preocupación, la exuberante vegetación nos permite ver un escenario surrealista. Los mangos brotan y se cuelgan , las vainas de tamarindo perfectamente maduras se salen de los patios. Las espectaculares bugambilias y los tulipanes de colores vistosos dan un toque de paraíso. La gastronomía de Veracruz es excelente y única.

Coatzacoalcos, mi ciudad, proviene de los vocablos náhuatl<  Coatl, serpiente> < Tzacoalli, escondite> .

"Lugar donde se esconde la serpiente" es el significado de esta playera ciudad y la "S" esa la agregaron al final por cuestiones de hispanización. Ubicada en la región Olmeca de Veracruz, al norte del Istmo de Tehuantepec, limita con:  Nanchital, Pajapan, Minatitlan, Cosoleacaque y Agua Dulce.

Perfectamente trazada,  sus calles son amplias y seguras. Huele a vainilla de Papantla. La gente es amable y sincera. La alegría con la que se vive cada amanecer  es admirable. La gente de mi ciudad es tan cernana que sientes que son tus tías y primos todos. Viven la vida con tradición y con fiesta. La gente rie. Se asolean tanto que pareciera que ya el sol no puede quemarles más. Caminan por la sombrita para ir a los mercados. Decimos malas palabras pero sólo alguien de Coatzacoalcos sabe lo que significa. El sentido del lenguaje aquí, sólo es valido para los locales. Aveces parece que nada existe más que esta ciudad rodeada por el cerro de San Martín, que nos ha protegido de muchas terribles tormentas, imagínate si no, tenemos al Golfo de México al frente. Ay tú,  en la madre!

 Las suradas son vientos calientes que azotan la ciudad arrastrando todo lo que  encuentra a su paso, cuando la surada llega al puerto hasta calentura te da. El calorón se te sube  a la cabeza y ni una rica agua de jamaica te lo cura.

Las tradiciones en esta ciudad son herencia de las mamás de nuestras abuelas. Viejitas mal habladas pero llenas de sabiduría que guardan celosamente los secretos familiares, su dinerito y las recetas de cocina. Nadie como ellas para curarte de empacho, del mal de ojo y del susto. Hablan de los nahuales y de remedios caseros. Pero eso sí para ellas, el remedio para el mal de amores no existe, porque dicen : Mija pa'que te haces  pendeja sola!

Somos amigueros y cheleros. No hay más. El malecón, es el lugar perfecto para sentarte frente al mar. Tomarte una cerveza helada y pasar horas con tus amigos hasta ver el amanecer.

Los mercados como los de cualquier otro  lugar, nos permiten conocer las tradiciones y costumbres de la localidad y los  de aquí no son la excepción. El mercado Morelos es mi favorito, arraiga tradición y cultura, posee ingredientes no sólo de la región si no también de Oaxaca y Chiapas. Las carnicerías son limpias y despachan bien. Las señoras del Istmo de Tehuantepec  vestidas con sus coloridos huipiles traen su tradicional Cochinita, no es la misma que la de Yucatán, noo, este plato esta hecho con carne de cerdo, papas, zanahorias, muchas hojas de laurel y orégano verde.

Encuentras también yerbas aromáticas de olor intenso, frutas exóticas y verduras orgánicas que vienen contentas desde Pajapan.

La emblemática Carne de Chinameca, es carne de cerdo que pasa por un proceso rústico de curación, se corta en tiras largas, se sala, se condimenta con achiote y chiles guajillos, se seca sobre un mecate  y da como resultado una carne suave ligeramente ahumada de color rojo intenso.

Las cumbias nos hacen bailar de sopetón. La barbacoa que dan en las bodas o en los IV años es la mejor del mundo, aquí le ponen mucha hoja de aguacate y la salsa verde es de chiltepín.

Las coctelerías de mariscos son  casi como la segunda casa. La de los hermanos Carrión hace el mejor ceviche de pescado.  Los tacos de el Taquito son famosísimos y la salsa de pico de gallo que dan no te la puedes llevar. Las aguas frescas si no son de la Michoacana no son. Las tortas de la barda estilo Támpico, con la tradición y la receta original desde hace 20 años, son las mejores de la ciudad. Los tamales de elote, los tegogolos y los pepinos callejeros son un verdadero tesoro para los amantes de los nuevos descubrimientos culinarios. Y ya ni te cuento de Barrillas.

Si se te apetece partes una sandía.

 La gente vive ligera y aunque aveces quisieramos ponerle un trapo viejo al sol para  disimularlo un poco,  porque asu puta madre para hacer calor eh!!!!!   Vivímos en el mar y no vamos tanto, sólo sabemos que ahí está.  Bien raro. Pero las palmas borrachas de sol me recuerdan que aquí pasé los mejores años de mi infancia, mi adolescencia y mi juventú loca. Mi familia  aquí está, esperándome y amándome en la distancia, mis amigos y mis momentos mágicos están  en alguna parte de mi ciudad.

 Ya tengo mis chanclas de Mel, mi chor y mis lentes de sol.

Hoy suena a La bruja- Eugenia León