10/31/2011

Stepho's, Souvlaki Greek Taverna

Mi último viaje me lo eche a Vancouver a pesar de que solo fue un fin de semana lo disfruté mucho y le saqué provecho llendo a lugares específicos y diseñados para turistas. Ahorras tiempo, energía y dinero? quizá no tanto, pero logras estar donde tienes que estar para conocer.

Con una salidera y metedera de sol y esporádicas lloviznas me recorrí la isla. El ultimo día caminando sobre la calle Davie, que me encuentro un restaurante griego con una interminable cola para entrar. Se veía bastante común y el lugar muy pequeño. Tenía que ser bueno para que la gente tome más de 30 minutos en entrar al lugar, mi sentido de intuición gastronómica me estaba haciendo algun tipo de señal para que me formara ahí.

Me recordó un poco la dinámica de esperar en la banqueta al famoso "Schwartz Charcuterie Hébraïque de Montréal" que luego les contaré de este lugar emblemático o a la taquería "EL taquito" en mi adorada Coatza. Pues con la emoción de saber por qué tanto éxito del lugar que me aguanto en la fila como 40 minutos y otros 10 dentro del lugar. Ya con mucha hambre y un poco irritada con la espera por fin me siento y me pido una cerveza para preparar mis sentidos.

Qué hace a Stepho's tan popular? Es su precio y, especialmente, sus porciones enormes. Queríamos probar todo y empezamos con un rico aperitivo, se trata de la creación de Stepho's que se llama Toriboukes o simplemente bolas de queso. Se sirve con rebanadas frescas de betabeles y tzatziki. Las seis bolas de queso eran maravillosas. La corteza exterior es caliente y cubierto con pan rallado, mientras que el interior es un queso frío y delicioso.

Yo pedí costillas de cordero asado. Seis deliciosas y tiernas costillas servidas con papas asadas, arroz pilaf, briámi de vegetales y ensalada griega con unas olivas tan perfumadas y un queso feta cremosísimo. Sin dejar atrás dos enormes pitas acabadas de salir del horno cubiertas de orégano, aceite de oliva, queso feta con tomates asoleados y paprika.

El cordero era increíblemente suave que se derrite casi en la boca, con un equilibro perfecto de sabores, colores y aromas que hicieron una explosión en mi boca y en mi alma. Por un segundo creí que quedaría con indigestión por la siguiente semana entera!

Quede tan fascinada con este lugar que se ha convertido en uno de mis lugares favoritos para visitar cuando regrese a Vancouver.

Si algún día viajas a la Isla de Vancouver considerada como las 100 ciudades que hay que visitar antes de morir, no olvides conocer este riquísimo lugar.

1124 Davie Street

Vancouver, BC V6E 1N1
Canada

(604) 683-2555









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